Eliminación de tatuajes
¿Qué es?
La eliminación de tatuajes permanentes mediante láser es el tratamiento más avanzado y utilizado por sus resultados óptimos con la mínima invasión para la piel. De forma simple, el láser descompone suavemente la tinta para que el cuerpo la pueda eliminar de forma natural.
¿Qué profesional debe realizarlo?
El tratamiento debe ser realizado por un dermatólogo o médico estético, por ser el profesional mejor conocedor de las características de la piel y así, por un lado obtener los mejores resultados y por el otro, dar respuesta a posibles reacciones inesperadas de la piel como heridas que deben de ser cuidadas y tratadas para evitar sobreinfecciones y secuelas como cicatrices o manchas, incluso para poder adelantarse en el diagnóstico de lesiones pigmentadas que se encuentran en el interior de los tatuajes y el riesgo que supondría el que fueran tratadas con un láser.
¿Cómo se eliminan?
La técnica del láser Q-switched permite la eliminación del tatuaje porque fragmenta los pigmentos que luego serán eliminados por los macrófagos, las células de la sangre que metabolizan estas partículas. Con el paso del tiempo, el organismo metaboliza estas partículas y las elimina mediante el sistema linfático. Este proceso de eliminación, fototermólisis selectiva, la energía láser sólo es atraída por las partículas de tinta en lugar del tejido circundante.
¿Cuándo se debe realizar?
La fecha de realización es otro factor influyente: cuanto más antiguo sea el tatuaje, más fácil será eliminarlo, si el paciente sometido a tratamiento tiene un tono de piel moreno (fitzpatrick tipo IV o posterior) existe el riesgo de alterar la pigmentación natural de la piel, lo que hace que la eliminación sea problemática. La fecha elegida para la eliminación también es determinante, el invierno es el periodo más adecuado para eliminar un tatuaje ya que, en los meses posteriores al tratamiento, no se puede exponer la piel tratada a la luz solar pero basta con cubrirla y broncear el resto.
¿Cuánto dura la sesión de láser?
Depende del tamaño exacto del tatuaje, generalmente la sesión dura unos pocos minutos. Aunque el tratamiento es rápido, el proceso de recuperación de la eliminación lleva más tiempo.
¿Cuantas sesiones son necesarias?
Depende del tamaño, de la profundidad del pigmento, del color (los amarillos, los blancos y los rojos son más rebeldes) y de donde esté. En zonas distales, como las manos o los pies, es más complicado que en partes próximas al corazón en las que hay una mayor circulación de sangre. Por eso los fumadores responden peor al tratamiento, ya que el tabaco dificulta el flujo sanguíneo. De media hay que hacer unas 6 o 8 sesiones y en entre una y otra deben de pasar entre 4 y 8 semanas, este periodo de curación va a depender de varios factores entre ellos, de la salud inmunológica del paciente.
¿Que se siente durante la sesión e inmediatamente después?
Durante la sesión, la piel se enrojecerá y el paciente puede sentir escozor o dolor en la zona. Además pueden aparecer ampollas leves y áreas elevadas y la piel se sentirá sensible. También se puede ver un aspecto calcáreo sobre la superficie por la liberación del dióxido de carbono que dura unos minutos. La hinchazón puede ir en aumento durante el primer día. Necesitaremos un plazo de 10-15 días para que desaparezcan todas estas respuestas al tratamiento.
Reacciones adversas
Aunque las ampollas ocurren ocasionalmente y la hinchazón es completamente normal, las reacciones adversas significativas son extremadamente raras y es poco probable que requieran seguimiento.
Recomendaciones del tratamiento:
Se debe evitar tomar el sol o realizar sesiones de rayos UVA en la zona a tratar hasta 10 días antes de la sesión y durante los meses posteriores al tratamiento de láser.
Justo después de cada sesión, se aplica una crema antibiótica y se venda el área tratada, para que el paciente pueda llevar a cabo su vida cotidiana de manera segura. Puede aplicarse frío para disminuir las molestias e hinchazón. Se recomendará una pomada cicatrizante y crema regeneradora durante la primera semana y hasta que no haya herida abierta, además de lavar la zona con jabón neutro y evitar el roce de esponjas y toallas. No se debe poner plástico osmótico sobre la zona tratada ni sumergirla en agua.