El cuero cabelludo es la piel que cubre el cráneo. Tiene varias funciones, entre ellas, las de crear una barrera física contra agentes externos y servir como regulador térmico.
La renovación celular del cuero cabelludo dura alrededor de dos semanas pero puede acelerarse en caso de inflamación.
El cabello, cuya principal función es proteger la cabeza, está formado por una parte visible ubicada encima de la piel, llamada tallo del pelo. La producción del cabello ocurre en el folículo piloso, la base de dicha estructura tiene un bulbo, en donde se encuentra la papila dérmica, abundantemente vascularizada e inervada. Por ella se transmiten señales, se reciben hormonas, nutrientes y el oxígeno necesario para que el pelo crezca sano y fuerte.
La unidad pilosebácea está constituida por el folículo piloso y la glándula sebácea, la cual produce sebo. El agua, el sudor y el sebo forman el film hidrolipídico, una barrera protectora de la superficie del cabello y del cuero cabelludo. Esta emulsión protege de las agresiones externas (rayos UV, contaminación, etc) y regula la hidratación evitando la perdida de agua transepidérmica. La alteración de este mecanismo de protección y humectación, provoca que surjan afecciones tales como, irritación, sensibilidad, sequedad, producción excesiva de sebo, caspa, etc.
Analizaremos algunas de los problemas del cuero cabelludo y la forma de solucionarlos:
Irritación, picor o escozor
Los síntomas de un cuero cabelludo sensible pueden incluir ardor, dolor, picor y enrojecimiento. Además, un cuero cabelludo irritado puede llegar a provocar la descamación de la piel y como consecuencia desencadenar una alopecia.
La sensibilidad del cuero cabelludo varía según la persona pero, quien lo padece, suele tener también la piel sensible en otras zonas del cuerpo. Puede ser más frecuente e intensa, por ejemplo, en quienes tienen el cuero cabelludo seco o graso. Algunas tratamientos como la quimioterapia también pueden provocar esta sintomatología.
Si los síntomas son graves, es posible que se trate de un cuero cabelludo hiperreactivo. Nuestro especialista debe identificar qué causas están detrás de esa sensibilidad.
En el caso concreto del picor del cuero cabelludo puede estar directamente relacionado con la psoriasis y la dermatitis seborreica (eczema del cuero cabelludo), así como la presencia de hongos (levadura de la caspa o la tiña). En los casos más leves, se trata de una simple piel irritada (dermatitis leve).
Además, el uso de champús y productos capilares de poca calidad o inadecuados también puede provocar la aparición de picor e irritación, así como un secado a altas temperaturas. Por eso es muy importante elegir productos adecuados y con una buena formulación.
Los productos domiciliarios que nuestros especialistas recomendarán para esta problemática presentarán propiedades hidratantes, calmantes y reductoras de la reactividad cutánea típica de la piel sensible.
Grasa o caspa seborreica
Uno de los problemas más comunes del cuero cabelludo es el exceso de grasa. El cabello graso es consecuencia de una generación excesiva de sebo por las glándulas del cuero cabelludo, una producción normal de esta grasa protege el cabello y lo mantiene sano y saludable pero en exceso, junto con el sudor y las células muertas del cuero cabelludo, forman una sustancia de color amarillento que se queda adherida a la piel y al pelo. El cabello lucirá un aspecto descuidado y poco saludable pero, el problema se agravará si esta obstrucción del folículo piloso con caspa o con grasa dificulta su correcto desarrollo y acaba influyendo en la caída del cabello.
Si la descamación grasa está en zonas localizadas, acompañada con enrojecimiento y un picor importante que provoca rascado, lo que genera inflamación y costras, estaríamos ante síntomas de una dermatitis seborreica que es una patología con causas y soluciones diferentes.
Aunque el cuero cabelludo graso es debido a causas genéticas en su mayor parte, esta situación también puede verse agravada por otros motivos como la mala alimentación, el estrés, desequilibrio hormonal, déficit vitamínico así como el uso de productos inadecuados. Nuestro equipo médico valorará el origen de cada caso para darle una solución personalizada, en la mayoría de los pacientes el tratamiento es únicamente dermocosmético en un inicio, para regular la producción de sebo y tratamientos estéticos en una segunda fase, para restablecer la salud del cuero cabelludo.
En el caso de la dermatitis seborreica, puede necesitar de tratamiento médico en los casos más graves.
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Sequedad, deshidratación, caspa seca
La sequedad se trata de una afección que surge cuando la humectación natural del cuero cabelludo sufre alguna alteración, es decir, no produce ni retiene suficiente humedad, quitándole el aspecto saludable al pelo. El sebo del cuero cabelludo es su hidratante natural, se encarga de proteger las fibras capilares y mantener sano el ecosistema bacteriano que le da equilibrio a la piel cabelluda, por eso es importante que dicha grasa se produzca en cantidades suficientes.
La falta de humedad deteriora la capa que protege al cuero cabelludo, esto favorece que las sustancias nocivas entren con mayor facilidad en la piel y se produzcan microinflamaciones que incrementan la irritación y la comezón.
Además, la fibra capilar, en estas situaciones con escasez de protección, pierde su elasticidad y las escamas de queratina de la cutícula se levantan. La superficie del cabello se vuelve áspera y el cabello adquiere un aspecto poco atractivo y desagradable al tacto.
Aunque hay personas que por genética tienden a tener el pelo seco, lo normal es que se deba a factores externos como el uso habitual de aparatos de peinado con calor (como secadores, planchas, etc), tratamientos de alisado o rizado y la coloración frecuente. El agua salada, el agua con cloro o la exposición prolongada al sol y la contaminación también pueden afectar a la calidad del cabello y hacer que se reseque. Además de padecimientos como la dermatitis atópica o la soriasis, los cambios hormonales, el estrés y así como estados carenciales por una ingesta insuficiente de vitaminas (grupo B) y minerales (hierro).
Si el cuero cabelludo no está sano y nutrido es posible que aparezcan signos como el picor, el enrojecimiento, la sensación de tirantez y la descamación.
La mayoría de las veces la comezón hace que las personas se rasquen constantemente, lo que daña más al cuero cabelludo; esto puede convertirse en la raíz de otra afectación: la caída del pelo.
Durante el proceso de renovación del cuero cabelludo, las células muertas se desprenden formando escamas tan pequeñas que no se observan a simple vista. Al rascarse el cuero cabelludo las personas provocan que estas células muertas se desprendan con mayor facilidad (descamación).
Hay ocasiones en que dichas células se acumulan y se vuelven visibles, dando lugar a lo que conocemos como caspa pero el proceso de formación es diferente. La caspa es una descamación excesiva provocada por una proliferación anormal de un hongo de la familia de la Malassezia spp. La inflamación ocasionada genera una renovación rápida de las células de la piel, formando grandes escamas que al desprenderse, avanzan por el pelo.
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Caída del pelo
El cabello nace, crece y llegado un determinado momento se cae para dar paso a un pelo nuevo. Este es el ciclo vital del pelo que pasa por sus tres fases: anágena, catágena y telógena. Por lo tanto, la caída del cabello es una fase del proceso de crecimiento. Se estima que al día se pierden alrededor de 80-120 fibras, si la caída excede a esta cantidad estaríamos ante un caso de alopecia o calvicie.
La pérdida del cabello puede aparecer de muchas maneras, según la causa. Puede aparecer de forma puntual y repentina (efluvio telógeno) o progresivamente (alopecia androgenética), y afectar sólo al cuero cabelludo o a todo el cuerpo.
Aunque la caída del cabello tiene un componente genético en muchos casos, también hay factores no genéticos y por tanto, modificables, que pueden provocar esta caída. Analizaremos las causas más comunes que subyacen a la caída del cabello:
- Herencia: la genética es responsable de la alopecia androgénetica. Esta forma de calvicie es el trastorno de caída de cabello más frecuente, no distingue por raza ni sexo. Afecta a las personas a medida que envejecen, los cambios en la hormona tetosterona afecta a hombres y mujeres provocando perdida de grosor y cantidad de cabello.
- Hormonas: los cambios hormonales del embarazo, parto, menopausia y las enfermedades tiroideas pueden ocasionar la pérdida temporal o permanente del cabello.
- Enfermedades y medicamentos: diversas afecciones médicas pueden ser causa de la caída del cabello: infecciones como la tiña, la sífilis, el VIH, enfermedades autoinmunes como el lupus, la alopecia areata o la diabetes mellitus de tipo 1. Los tratamientos para tratar el cáncer como la quimioterapia o la radiación, medicamentos como los anticoagulantes, para reducir colesterol, antidepresivos, entre otros.
- Otra causas como el estrés, la mala absorción de proteínas y vitaminas y estados carenciales por dietas.
Analizadas las causas de la perdida capilar por el profesional médico especialista, se comienza con el tratamiento médico y estético pautado con el fin de recuperar la salud del cuero cabelludo y frenar la caída cuanto antes.
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